3 de octubre de 2014

Día del niño que está por nacer y la adopción
















Un llamado a la reflexión


El 25 de marzo se celebra en todo el mundo el día del niño que está por nacer. Desde este año en Chile, a la conmemoración se suma el día de la Adopción, iniciativa legal impulsada por el diputado Jaime Orpis, quien promovió esta ley con la intención de poner en el tapete los puntos relevantes relacionados con la infancia, como es el aborto y la adopción. Respecto de ésta se refirieron su propio autor y María Elena González, directora ejecutiva de la Fundación Chilena de la Adopción, quien propone una mirada crítica de los alcances de la iniciativa.
Con la idea de facilitar la adopción y motivado por su propia experiencia como padre adoptivo, es que el diputado Jaime Orpis presentó el proyecto de ley que designa el 25 de marzo como “el día del niño que está por nacer y de la adopción”. El Diario Oficial hizo pública esta ley en noviembre del año pasado y en marzo de este año ya contó con su primera conmemoración.
“Como autor de esta iniciativa invité al senador Bianchi para compartirla y que presentáramos juntos este proyecto que surgió de una motivación absolutamente personal”, explica. Y es que a nivel mundial, el 25 de marzo es una fecha en la que se conmemora el día del niño que está por nacer.
Pero, ¿cómo surge entonces la idea de agregar el concepto de la adopción? Según explica el parlamentario, “la idea fundamental es oponerse al aborto, reconociendo que es un tema fundamental, porque la vida se inicia al momento de la concepción. A diferencia de lo que ocurre a nivel mundial, puse el agregado de la adopción con la idea que no basta con oponerse al aborto, sino que lo que queríamos es ofrecer una salida, dar una señal para todas aquellas madres embarazadas que sienten que no quieren tener a sus hijos y mostrarles que el camino es la adopción”, dice.
Jaime Orpis explica que el concepto de adopción tiene también otra connotación para él, que es igualmente importante: “Y es que esos niños, al momento de nacer, tengan la posibilidad de crecer al interior de una familia y no al interior de una institución”.
¿Qué expectativa tiene de esta iniciativa legal?
Lo que realmente espero es que cada 25 de marzo no sólo condenemos el aborto, sino que entreguemos una alternativa respecto de las madres que tienen embarazos no deseados, por medio del fortalecimiento de la institución de la adopción.
¿El ser padre adoptivo -además de padre biológico- lo motivó a presentar este proyecto?
Es el motivo más personal y me tocó vivirlo de cerca. Es en realidad un homenaje a mis tres hijas adoptadas y así se los dije en el momento de hacerlo. Actualmente la mayor tiene 18 años, la del medio tiene 14 y la menor tiene 10 años. La vida familiar que formamos la compartimos con un hijo biológico que ahora tiene 28 años.
¿Qué opinan sus hijas?
Para ellas fue maravilloso, porque les dije que como parlamentario era el proyecto más importante de mi vida. Este proyecto es un reflejo de esto y lo que me gustaría es que la institución de la adopción pudiera fortalecerse más, facilitarse más, impedir no sólo el aborto, sino también evitar que hubiese tantos niños institucionalizados. Porque una cosa es el aborto y otra cosa es la institucionalización, que a mi juicio son dos grandes dramas. Uno tiene que ver con la vida del niño y el otro con su desarrollo.
Me gustaría dejar claro, además, que todo esto tiene otra intención de fondo y es la de no juzgar a las madres que tienen un embarazo no deseado. Más que juzgarlas, lo que espero es que con esto ellas puedan ver un camino que no es la interrupción del embarazo, sin entrar a juzgar el por qué ellas no quieren asumir esa maternidad. Es decirles que hay miles de familias, como la mía, que estamos dispuestos a adoptar y no por un tema de caridad, sino como hijos que son.
Para mí el hecho que una mujer no interrumpa el embarazo y entregue el niño en adopción, es un signo incalculable de valor. Todos cometemos errores todos los días y yo soy nadie para condenarlas. Eso es algo que a mí no me corresponde.
¿Qué espera que pase entonces con esta celebración?
Mi interés es que ese día se pongan todos estos temas en el tapete de la discusión. Creo que Chile es el único país del mundo que celebra este día en estas condiciones, con el agregado de la adopción. Para mí es el proyecto de ley por lejos más importante que he desarrollado en mi vida parlamentaria, porque no sólo tiene que ver con la vida del niño, sino también con su desarrollo. El destino del niño se define prácticamente desde su nacimiento. Esos niños necesitan padres y madres, si no cuentan con las condiciones básicas, después sufren las consecuencias que desembocan en lo que todos ya conocemos.
¿Cómo cree que se puede avanzar de una manera más concreta que con la sola celebración de un día?
Lo que la ley persigue es sensibilizar sobre un tema. Que sea un día de reflexión para que las autoridades se comprometan con la vida y la adopción. Espero que las autoridades de distintos niveles puedan comprometerse con la infancia y, por ejemplo, se monitoree y modifique la ley de adopción y se reformen las instituciones que tienen que ver con la niñez, para que aquellos padres que no quieren asumir su rol sepan que la adopción es un camino posible.
Una mirada desde las instituciones de adopción
La idea de establecer el Día de la Adopción y del Niño que está por Nacer no dejó indiferentes a las instituciones ligadas a la adopción. No sólo porque es un tema que se ha abierto en la sociedad recientemente, levantando en forma gradual el tabú que pesa sobre ella, sino también porque consideran podría llevarlo por caminos por los que no quisieran transitar y menos fomentar, como es el de la mirada caritativa o el de la discriminación positiva. Para abordar estos matices es que María Elena González, directora ejecutiva de Fundación Chilena de Adopción, conversó sobre el tema.
En primer lugar, consideró “bienvenida” toda iniciativa en favor de la adopción, más aún cuando los fundamentos de esta acción han sido orientados a dar a las mujeres que se encuentran en conflicto con su embarazo, una alternativa a esa situación límite. “Me parece muy loable que el impulsor de esta iniciativa, Jaime Orpis, sea padre adoptivo, porque de esta manera deja de manifiesto un respeto hacia la progenitora de sus hijos y una preocupación por la realidad de muchas mujeres en nuestro país”. Sin embargo, a pesar de considerarla una iniciativa muy bien intencionada, no se siente parte de ella. Fundamentalmente porque no considera que sea necesario resaltar esta condición de la adopción como un hecho extraordinario, sino que es una forma más de hacer familia.
¿Cuál es su opinión de que se nomine y se celebre el Día de la Adopción?
Las celebraciones en torno a una condición en ocasiones pueden llevar a una discriminación positiva y, si bien estimo que desde su base la iniciativa es muy bien intencionada, tanto a los otros organismos acreditados como a mí nos preocupa caer en una situación de esta naturaleza. Un gran logro de nuestra sociedad fue el dictamen de la Ley de Filiación en 1999, que da igualdad a todos los hijos, con el objeto de que no sean discriminados, cualquiera sea la circunstancia de su nacimiento, es decir, sean habidos dentro o fuera del matrimonio. Con ello se acabaron los hijos de distinta categoría.
Ha sido larga la tarea que hemos tenido para que los niños y niñas que son adoptados no se sientan discriminados bajo ninguna circunstancia y, en mi opinión, este tipo de iniciativas no ayudan a dicho proceso, puesto que marcan diferencias.
Por otra parte, no creo que haya que celebrar el acto de adoptar, ya que no constituye un acto de admiración o extraordinario, sino que es una forma más de constituirse como familia, y la celebración es a la familia como tal, sin apellidos.
Respecto de que al Día de la Adopción se le incorpore, además, la del Niño que está por Nacer, agregó que no tiene claridad por qué se unieron estas dos situaciones. “Si bien muchos niños que nacen pueden tener como camino de vida el ser parte de una familia adoptiva, no nos podemos olvidar que siempre la adopción será subsidiaria de la familia biológica, que es el primer derecho de un niño que está por nacer. Sólo cuando este derecho ha sido vulnerado, se busca la adopción como alternativa”.
Y agrega que la adopción es claramente una institución jurídica que crea un vínculo legal entre personas que no están unidas por un lazo sanguíneo, donde no se involucran actos valóricos. A la adopción acceden todos quienes tienen necesidad y deseos de asumir un niño o niña como hijo, sin discriminación de ningún tipo, sólo deben ser idóneos para desempeñar el rol de padres adoptivos. “Es innegable que muchos de los niños, que tal vez pudieron haber sido abortados, hoy han encontrado una vida plena en familias adoptivas y ello, por supuesto, constituye un motivo de esperanza para quienes trabajamos en esta área, ya que efectivamente vemos en la adopción una forma de ser familia que da una gran posibilidad a muchos niños que, por diversas razones, no han podido criarse junto a sus progenitores”, sostiene.
Considera que destinar un día a celebrar la Adopción puede exacerbar el espíritu altruista detrás de esta acción. “No concibo la adopción como un acto altruista, sino como una forma de hacer familia. Por lo mismo, creo que no hay que verlo como un hecho extraordinario digno de premiar o celebrar especialmente. En este marco, me parece que con este tipo de conmemoraciones se puede estar dando una señal que quienes adoptan son especialmente generosos o especialmente buenos”.
Y recuerda que quienes adoptan tienen características de personalidad que los hace ser personas idóneas, como tener desarrollada la capacidad de empatía, ser tolerantes a la frustración, abiertos a la diversidad, atentos y cálidos al interactuar con el otro, sensibles a los estímulos afectivos, capaz de desarrollar vínculos profundos y estables, y que muchas veces han desarrollado estrategias de superación importantes, como puede ser haber vivido y superado el duelo por la infertilidad.
¿Cuál es su postura respecto a la adopción como una acción motivada por la caridad o altruismo?
De acuerdo a la experiencia de varios años trabajando en este tema, he sido testigo del cambio que ha ido experimentado la adopción. Tal vez en años anteriores, no se veía tan claramente el hecho que el altruismo o la caridad fuesen temas que no debieran estar presentes en la motivación por adoptar, y muchas personas se acercaron a la adopción con ésta intención. Esto generó en los hijos sentimientos de deuda hacia sus padres, y en ellos, sentimientos de ingratitud de parte de sus hijos. Así, se ha ido evaluando que estas motivaciones no son deseables en un proyecto de adopción.
Existen, sin embargo, otros sistemas donde el altruismo es deseable, en que se requiere de personas de buen corazón y con orientación a querer hacer un bien a otro, por sobre el bien que todo padre quiere entregar a su hijo. Hay niños, por ejemplo, que por sus características de salud mental o física no son adoptados, pero que sí podrían tener un buen nivel de vida junto a personas con un gran sentido de altruismo. También existen niños que requieren ser cuidados por un tiempo, mientras se resuelve su situación definitiva y allí se necesitan estas personas.
La motivación para adoptar en el marco de relaciones saludables debiera obedecer, a juicio de María Elena, al claro deseo de ser padres de un niño o niña, y dentro de ello hay que estar muy disponibles a preparase para ello. Ser padres adoptivos no es lo mismo que ser padres biológicos, hay incertidumbres con las cuales se tiene que convivir; por ello, es muy importante poder ser evaluado en cuanto a las capacidades con que se cuenta para el desempeño de este tipo de paternidad y maternidad.
Se evalúa la personalidad de quienes desean adoptar. Por ejemplo, una de las características deseables es ser tolerante a la frustración, ya que se debe aceptar al niño tal como es y no como se desea que sea. Si bien la motivación debe obedecer al deseo genuino de maternidad y paternidad, es clave ser capaz de ponerse siempre en el lugar del otro, no centrar todo el proyecto de adopción en la satisfacción de las propias necesidades, sino ser capaz de ver cuáles son las necesidades de ese hijo en particular. En estricto rigor, esto es válido para todos los padres, con la diferencia que en esta paternidad suele haber mayor tiempo y preparación para revisar el proyecto, que cuando se es padre biológico.
¿En qué cree que sería necesario realizar modificaciones o abordar un trabajo más profundo para mejorar la realidad de la adopción en Chile?
Hay temas que tienen que ver con la sociedad en general y otras que tienen que ver con los procedimientos.
Respecto de éstos últimos, hay temas en la ley actual de adopción que debieran regularse en favor de los niños y velando realmente por el interés superior de los mismos. Por ejemplo, cambiar el orden de prelación. Creo que hoy no podemos estar haciendo diferencias entre los matrimonios y las personas solteras. Hay niños que hace mucho tiempo podrían estar viviendo en familia, si las personas solteras tuviesen un mejor lugar en la prelación o sencillamente no existiera prelación, sino que se busque la mejor alternativa de familia de acuerdo a las necesidades de los niños. Hoy se agota la búsqueda de matrimonios, tanto chilenos como extranjeros, antes de dar la oportunidad de adoptar a una persona soltera.
La ley actual, en general, es una buena ley, pero que necesita algunas adecuaciones. El problema es que hoy se depende mucho del criterio de cada juez al momento de resolver una situación en particular. Creo que hay un trabajo pendiente entre los organismos acreditados para desarrollar programas de adopción y los tribunales de familia. Me parece que hay que generar las confianzas de manera de poder operar en un ambiente de colaboración y no de competencia y desconfianza en lo que hace el otro.
El hecho de que algunos tribunales acepten que sea un criterio técnico quien defina qué niño se enlaza con qué familia, y otros que soliciten alternativas para que la decisión la tome directamente el juez, es un problema de confianza. Claramente quienes mejor pueden hacer esta unión, es quien conoce al niño y quien conoce profundamente a los adoptantes.
Hay una tarea pendiente a nivel de la sociedad. Se ha avanzado mucho, pero aún hay niños que se sienten discriminados por su condición de adoptados. Hay una labor por parte de los padres adoptivos de saber informar a sus hijos acerca de su origen abiertamente, deben integrar la historia de sus hijos a sus vidas, de manera de generar espacios de confianza para llegar a conversar a futuro de su identidad y ayudarlos a formarse sanamente. También hay un trabajo a nivel escolar de preparación de los docentes y profesionales de la educación, de manera que sean colaboradores del proceso de formación de un niño adoptado.
Cita normas A.P.A.:
Siredey, Verónica (2014). Día del niño que está por nacer y la adopción, Un llamado a la reflexiónAdopción y Familia, 10, 4-7
URL Abreviada: http://numrl.com/llr10

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